La primera vez que hablé con Juan Pablo Sutherland fue en la última versión de la Filsa (2012), en una mesa sobre literatura y homosexualidad organizada por la fundación Iguales. En dicha mesa se encontraba Pablo Simonetti, Carlos Iturra y como moderador Óscar Contardo, en términos generales la discusión era bastante precaria y sesgada (particularmente por las ideas normalizadoras de Iturra frente al homoerotismo y a las vacilaciones de Simonetti), sin embargo, para mi alegría, todo cambio cuando Juan Pablo tomó la palabra e inició su lúcida intervención leyendo un fragmento de Niño de lluvia, obra de Benjamín Subercaseaux, y así dio riendas sueltas al debate sobre la multiplicidad del deseo y las prácticas corporales. Para mi gusto escucharlo fue una de las mejores actividades que se desarrollaron en la Filsa. Desde mis años de estudiante en la universidad que he admirado su trabajo intelectual y por lo mismo sentía un poco de nerviosismo al momento de hablarle, pero en ese instante tomé valor y me acerqué para contarle sobre Lecturas Ciudadanas y pedirle una entrevista, él accedió inmediatamente y en ésta oportunidad logramos llevar a cabo una interesante entrevista a JP.
En el marco de la oferta cultural ofrecida por el Gam (centro cultural Gabriela Mistral) a través de sus talleres, nos encontramos con un atractivo e interesante taller sobre narrativas urbanas y sexualidades críticas dirigido por el destacado escritor, crítico y activista nacional Juan Pablo Sutherland. Entre su prolífica producción escritural podemos mencionar los siguientes libros publicados por Sutherland: Ángeles negros (1994), Santo Roto (1999), A corazón abierto. Geografía literaria de la homosexualidad en Chile (2002) y Nación Marica. Prácticas culturales y crítica activista (2009). De acuerdo a lo que nos reveló Juan Pablo, el taller busca dar cuenta de los cruces y tensiones que se producen en la ciudad, es decir, visibilizar las prácticas corporales, políticas y culturales disidentes que transitan por los imaginarios urbanos. Por lo tanto, fuimos a hablar con JP para que nos contara sobre este nuevo proyecto, además de pedirle sus impresiones acerca de los debates políticos en torno a la diferencia sexual y otros temas. No los hacemos esperar más y los dejamos con la entrevista a Juan Pablo Sutherland.
1) El taller que desarrollarás en el GAM centra su mirada en la ciudad,
entendida como una plataforma discursiva/corporal donde cohabitan diferentes
sujetos y se producen múltiples desplazamientos. En ese sentido ¿qué papel
juega el deseo y la violencia en las narrativas articuladas por la calle? Y
¿cómo configura a aquellas corporalidades disidentes?
Creo que El taller de narrativas urbanas y sexualidades críticas que
comienza en el GAM en Abril, es un espacio que me interesaba abrir hace bastante
tiempo. La ciudad como lugar de tráfico
de sueños y deseos, de transito de cuerpos y subjetividades, pero también de
violencias urbanas, es un espacio donde las pulsiones de la sociedad se
enfrentan en lo público, como si la ciudad fuese un espacio orgánico donde se
pueblan las virtudes y pero también los tumores, ciertas deformaciones y
quistes que se extienden sin medida. Las ciudades de alguna manera, responden a
varias capas de sentido. Por lo mismo me interesa trabajar con los
participantes del taller, una mirada para re-descubrir esos flujos, los
personajes que habitan los barrios, las calles, los antros, los puentes, es
decir abrir cierta genealogía, hacer un levantamiento topográfico que dé cuenta
de esos cuerpos disidentes, no solo sexuales, sino disidentes respecto a la
producción del capital, ver esas plusvalías corporales que se oponen a la
productividad mercantil. Quizá además un develamiento de textos, y
discursividades (hay textos de Gómez-Morel, Lemebel, Berenguer, Eltit,
Griffero, Silva, Perlongher, Lamborghini, Donoso, entre algunos de los que me
interesan) La violencia presente en la ciudad es central en la medida que por
ejemplo en Santiago pasamos de aquellos cuerpos políticos disidentes por cierto
(y apropósito de los 40 años del golpe que se cumplen este año) cruzando
inertes el río Mapocho como una expresión desnuda de los cuerpos expropiados
por el poder.
Por otra parte, cada uno tiene
una bitácora de su propia ciudad, una ciudad de infancia, de recorridos, de
melancolía, y devastaciones y significaciones particulares. Luego, la muerte y
agresión de Daniel Zamudio a cuadras de Alameda, da cuenta además de una ciudad
que no se nombra, donde fuera de las “dos cuadras protegidas del barrio gay”
(Bellas artes y Lastarria) pensada o vivida como un paraíso “homonormativo”,
hay un descampado que es mucho más grande, donde el arcoíris gay no llega, y
donde realmente se puede ver la violencia contenida del sistema cultural y
político de odio a la diferencia. Me gustaría mucho repasar y problematizar ese
lugar contradictorio de la visibilidad homo y de la brutalidad heteronormativa
hegemónica.
2) Tú fuiste miembro activo y, por qué no decirlo, fundador del Movilh
allá por los años 90. Volviendo nuevamente al espacio de la ciudad y por
supuesto en virtud de tu activismo político ¿Qué te parece el desarrollo de las
políticas identitarias homosexuales desde los años 90 hasta ahora? ¿Cuáles
serían los puntos de hablada urbanos que emplean los homosexuales en relación a determinadas políticas identitarias?
Llegue al Movilh a semanas de su
fundación (Taller de derechos civiles en la Corporación Chilena de Prevención
del Sida) y efectivamente participé públicamente como dirigente con otros
compañeros como Marcos Ruiz, Roberto Pablo, incluido también Rolando Jiménez. Pero
fui parte más bien de una corriente más radical y cultural, que incluía una
mirada más política y de liberación, ahí
estaban conmigo Héctor Núñez, Anatolia Hernández, Víctor Hugo Robles, con
quienes pensamos y pasamos los 90, destaco además a Carlos Sánchez, Jorge
Pantoja entre algunos. En ese tiempo mi visión tenía más bien con una
preocupación de darle al movimiento una mirada de crítica no solo a la política
tradicional y de izquierda, sino a la
manera de entender las representaciones culturales de la homosexualidad, sus
trampas y sus contradicciones, las miradas cómplices con el feminismo de la
diferencia, los rescate de esos saberes, las complicidades con la Yeguas del
Apocalipsis, la Ayuquelen, La morada, y el feminismo pasando por la crítica y
la literatura, territorios más contaminados de micro políticas. En Nación Marica, mi libro de ensayos trabajé
sobre esos momentos de avance y problematización en medio de la transición y o
más bien en la post-dictadura. En el
libro hay una entrevista que di a Nelly Richard para la revista Crítica
Cultural, donde re-visito esas lógicas
que asumía el movimiento homosexual en un primer momento de despliegue. Es
difícil dar cuenta de esas lógicas, pero creo que el movimiento pasó de una etapa de visibilidad y
reconocimiento a cierta institucionalización en sus representaciones o formas
de hacer política. Creo que mirando más de cerca hoy día, el movimiento no es
uno solo, se han desplegado visiones muy conservadoras de la identidad, otras
liberales que conviven con políticas identitarias que buscan una representación
y una política de derechos. Cuestión que es parte de desarrollo de los
movimientos, pero que me parece que las visiones más relevantes son aquellas
que dan cuenta de una mirada global y local respecto a las sexualidades no
normativas, sus discursos críticos y sus emplazamientos al poder y su relación
crítica con otros territorios. Los movimientos no pueden quedarse solo en una
política identitaria, que en su momento fue necesaria (como diría Jeffrey
Weeks, ficciones necesarias), pero
que no realizan la crítica fundamental al ordenamiento político y cultural del
modelo. Luego, respecto a la ciudad y sus tráficos urbanos hay una enorme
tradición marica, que ha jugado con una poética de la calle, donde finalmente
la ciudad se convierte en un gran cuarto oscuro (Perlongher) Estoy hablando
previo al fenómeno de internet, que virtualizó esas relaciones, de alguna
manera las privatizó en el ciber-café, volviéndolas más intimistas, en la
medida que las locas pasamos de la calle o flujo urbano a la representación
tecnológica del deseo virtual. Hay ganancias y vacíos a la vez.
3) Recordando la
lamentable campaña en contra la violencia hacia las mujeres, elaborada por el
Sernam, y que utilizó la desfavorable expresión: “maricón es el que le pega a
las mujeres” ¿Qué te parece el rol de la concertación, particularmente durante
el gobierno de Bachelet, frente a las políticas públicas sobre derechos civiles
de mujeres y homosexuales? Y ¿Cómo crees que la derecha, bajo el gobierno de
Piñera, ha instrumentalizado las demandas de legislar en materia de uniones
civiles entre homosexuales?
La campaña del Sernam, que
protagonizó Jordi Castell como cara visible es un síntoma claro de una política
pública que no se hace cargo de las violencias del sistema, de sus lenguajes,
enunciados y representaciones. Lo brutal de esa campaña, es que intentó
despejar una violencia con otra. Es decir, si la violencia de la representación
de “maricón” en la sociedad chilena no está despejada por decirlo de alguna
manera, es imposible utilizar la misma secuencia de violencia “o lenguaje de
odio” para intentar intervenir sobre la sistemática y hegemónica violencia
hacia las mujeres. La frivolidad del personaje televisivo fue solo la expresión
de un cuerpo gay neutralizado por su habla obliterada y maquillada de política
correcta. La constitución de lo gay como vaciamiento de una identidad bastarda:
“maricón”. Por otra parte, los gobiernos
de la concertación, no avanzaron mucho en una política de derechos “como hoy se
lee” respecto a la diversidad sexual. Yo rescato si, las políticas realizadas
desde la CONASIDA (Comisión Nacional del Sida) con un modelo participativo y
comunitario de trabajo con las organizaciones de la sociedad civil, incluidas
las organizaciones homosexuales y de personas viviendo con VIH. Quizá haya que recordar que no hubo ninguna
recepción oficial en la Moneda a las organizaciones homosexuales ni lésbicas,
ni transexuales durante los gobiernos de la concertación. Solo hubo gestos
particulares, lo que no constituye una política de Estado respecto al tema. Recordemos todos los años que estuvo la ley de
antidiscriminación en el Congreso y que solo con la muerte brutal de Daniel
Zamudio y la presión de las organizaciones pudo sacarse como gesto político. Está por verse su aplicación real.
La derecha encontró la oportunidad que la Concertación le entregó en bandeja.
Normalizar la demanda, neutralizarla y luego volverla un logro político de ellos.
La Concertación sólo se conformó con dar visibilidad y apoyos de buena crianza
a su mejor y único operador político de la diversidad sexual: Rolando Jiménez,
eso es todo. Y con eso se quedaron.
Destaco como un hito aparte, la pelea que dio
la Jueza Karen Atala, que finalmente les dobló la mano a la cultura hegemónica
y política, no ha sido menor que el Estado Chileno como el gobierno de turno
tuvieron que reparar públicamente sobre la discriminación de la que fuera objeto
Karen Atala y sus hijas, medida indicada por una Corte Internacional de derechos
humanos, organismo que Chile adhiere con la firma de tratados de debe cumplir.
4) Como sabemos el
taller que dirigirás se llevará a cabo en el GAM, y si los espacios nos
determinan o modifican, me resulta inevitable preguntarte ¿Qué te parece la
sistemática normalización que se ha hecho de la figura de Gabriela Mistral y el
rol que ha jugado en esto la fundación que lleva su nombre? Y ¿Qué te provoca
la vinculación entre el centro cultural que lleva el nombre de la poeta
nacional y el ex edificio Diego Portales?
Gabriela Mistral ha dejado a sus
vigilantes a la deriva, eso pasó luego de publicarse sus cartas de amor con
Doris Danna (su pareja, su amor, su amante y secretaria de toda la vida) ya no
hay nada que decir. Es decir, la Madre Queer de la Nación como dijera Licia
Fiol Matta (una notable crítica literaria y amiga, que hizo un libro
espectacular sobre su figura y que todavía no se publica en Chile) Ha sido utilizada
para representar a la Nación y a las mujeres de una determinada manera.
Recuerdo además la prohibición de la Fundación Gabriela Mistral para que yo no pudiese publicar tres poemas
que había escogido para A corazón Abierto,
la antología sobre literatura homosexual que publique el año 2002 en Chile. La
prohibición fue absurda, pues se argumentó en ese momento que la sola edición
“podía dañar la vida y la honra de nuestro Premio Nobel”. El tiempo me dio la
razón. Ni la vida ni la obra de Gabriela Mistral se aminoró por sus
preferenciales sexuales y sus amores. Sigue siendo la autora que es. De alguna
manera es interesante la democratización de su figura y la posibilidad que
todos tenemos de leerla desde los lugares que deseemos, al final el lector es
el que tiene la máxima soberanía para leer un texto. Creo que su normalización
ya la vivimos desde siempre. Me parece que hoy la vemos más humana, más carnal,
y menos Medea, esa que sufría eternamente por su hijo adoptivo muerto y sin amor
como se nos representó siempre. Hemos recuperado algo de la subjetividad de
Gabriela Mistral.
5) Para finalizar y pensando en el taller que ahora inicias
¿cómo crees que incide en la academia y los círculos literarios el ejercicio
del taller?
Creo que hay que contaminar a la
academia del callejeo urbano, de nuevas lecturas de la ciudad y los propios
textos. Me interesan los saberes nómades más que los fijos y contenidos. Creo
en la firme posibilidad que nuestros saberes al borde multipliquen lecturas
como las intensas vitalidades con la que vivimos. Finalmente la ciudad y los
textos pueden leerse como un gran paseo o bitácora de nuestros imaginarios. A ese viaje o transito
invita el taller que se inicia y deja mi corazón emancipado de lecturas críticas y paisajes urbanos nuevos.
Acá les dejo la info del taller:
Para inscribirse escribir a bibliogam@gam.cl
Duración:
De Abril-Agosto
Una
sesión semanal de 19:00 a 21:00 hrs.
Monto:
40.000 mensuales
Cupo:
Doce
personas
Requisitos:
Se postula mediante la presentación de un relato de
ciudad autobiográfico, de dos carillas como máximo de extensión. Y una breve
presentación del proyecto que desea desarrollar en el taller.
Metodología:
- Trabajo
grupal con ejercicios literarios
- Diseño de
proyecto de obra
- Exposición
de material audiovisual
- Invitación
de escritores locales a contar experiencias
Algunos
perfiles de la producción literaria a trabajar
- Investigación
creativa de la ciudad y sus personajes.
- Práctica
cultural y procesos creativos.
- La
escritura urbana; principales autores
- Estrategias
de recepción crítica y nuevas temáticas.
BIBLIOGRAFÍA
LECTURAS
Marco
teórico sobre la ciudad y la diferencia sexual.
Ítalo
Calvino, Las ciudades invisibles, Siruela.
Judith
Butler, cuerpos que importan, Paidós, Buenos Aires.
Beatriz
Sarlo, Escenas de la vida posmoderna, Ariel, Buenos Aires.
Sutherland,
Juan Pablo, Nación Marica, prácticas culturales y crítica activista, Ripio
ediciones, 2009.
Selección
algunos textos
GEEL, MARIA CAROLINA, CARCEL DE MUJERES,
EDITORIAL CUARTO PROPIO
WACQUEZ MAURICIO, EPIFANIA DE UNA SOMBRA, EDITORIAL
SUDAMERICANA
LEMEBEL, ZANJON DE LA AGUADA, EDITORIAL PLANETA
BERENGUER, NACISTE PINTADA, EDITORIAL CUARTO PROPIO
DONOSO,
PILAR, CORRER EL TUPIDO
VELO, EDITORIAL SUDAMERICANA.
ELTIT, DIAMELA, INFARTO DEL ALMA.
OYARZUN,
LUIS DIARIO ÍNTIMO.
SUTHERLAND, JUAN PABLO, SANTO ROTO, LOM EDICIONES
SIMONETTI,
PABLO, VIDAS VULNERABLES, ALFAGUARA.
GOMEZ
MOREL ALFREDO, EL RIO,
EDITORIAL SUDAMERICANA
MISTRAL,
GABRIELA, NIÑA ERRANTE,
RANDOM-HOUSE.
BRUNET, MARTA, AMASIJO, EDITORIAL NASCIMIENTO
SUBERCASEAUX,
BENJAMIN, NIÑO DE LLUVIA,
EDITORIAL Zigzag
WILMS
MONTT, DIARIOS. (ANA
VERGARA)
Por Leticia Contreras
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