¿Tu fumai marihuana? – Me la
tira, así sin preámbulos, el único tipo de la barra que no conozco, y a uno,
que nunca le ha gustado andar alumbrando y
que ha crecido sabiendo que nunca se sabe a quién se tiene en frente,
responde con una mejor devolución que la del Chino Ríos - ¿Tu sí? – y se lanza el tipo a contar todas
sus aventuras en el consumo, plantación y tráfico de aquella plantita tan
cuestionada, un verdadero Indiana Jones de la esperanza verde, - ¿pero fumai? –
y me recuerdo la urgencia inmediata de lavar unos vasos. Es que hay cosas
importantes que nunca hay que olvidar, una es que en un bar te puedes encontrar
con todo tipo de personas, desde el cocainómano alumbrado hasta el paco de
franco que termina tirando la tifa en la mesa cuando le niegas la última
cerveza por estar como huasca. – los choros van sin luces – murmura alguien al
lado – no subai tanto la radio que te pueden sacar a bailar - . Silencio.
Y es que hay diferencias, mas
allá de la semántica respecto a la identificación del sujeto que gusta de un
porrito, el consumidor asiduo y recurrente de marihuana se diferencia del
marihuanero por una cuestión geográfica, por una cuestión de escala humana tan
marcada en ésta fajita de polvo, el consumidor asiduo de marihuana tiene cuenta
corriente, departamento y auto, el marihuanero solo tiene las ganas de salir un
ratito del mundo, una urgencia de olvido, una necesidad puntual de dejar el
potrero mentalmente, así lo dicen, así nos enseñaron.
Si desde niño esta diferencia se
marcaba, el marihuanero era como el viejo del saco que se paraba en la esquina,
una amenaza constante, el tipo que había perdido el alma por el solo hecho de
probar un pito, un ladrón en potencia, un asesino separado de su crimen por
“una cuestión de tiempo”, en definitiva, un delincuente que había que eliminar.
Evasión se llama para abajo, instrumento de creatividad se llama para arriba.
La galera hoy aplaude el anuncio
de un par de congresistas de respaldar una iniciativa tendiente a legalizar el
cultivo y consumo de marihuana, esta medida se han sumado distintos actores
“destacados” de la sociedad, “rostros” que al ser considerados “decentes” ponen
una especie de fianza al consumo, ya ves, si la gente decente lo dice, pues
entonces está bien que se haga; ése parece ser el mensaje, la marihuana deja de
ser un mal hábito solo en la medida que la gente linda preste ropa.
Que se entienda, no estoy en
contra de la legalización, por el contrario, estoy absolutamente a favor y lo
digo sin la explicación latera que dan los “entendidos” solo para quitar de la
calle esa mierda que se vende por allá abajo, a los marihuaneros, porque seamos
claritos, no creo que los Políticos, actores de tv o los músicos connotados
(que por más que se consideren del pueblo y para el pueblo, siguen cobrando 10
lucas por persona), fumen “paraguayos” o pitos de marihuana prensada, para que
entiendan nuestros lectores extranjeros, no no, aquí los que merecen la
legalización son esos marihuaneros de calle, esos de la quina por el paragua,
los otros sabrán siempre donde comprar “de la buena” o encontrar la asesoría
suficiente para un in-door de semilla importada.
Y eso es lo que nadie ve en éste
circo mediático y de votos que van y vienen, como si realmente les importara,
pero claro, ya sacan la banderita de moda para pasearse por los canales de
televisión, dar algunas entrevistas, jugar al díscolo, entregar un par de
comentarios de dudosa rebeldía, esperar los aplausos y ser popular, para luego,
en plena cámara y a la hora de votar ausentarse, como siempre, mientras la
galera grita sus nombres enfurecidamente agradecida. Es que parece casi una
inconsistencia moral hablar de credibilidad a los políticos, pero mas
inconsistente me parece la actitud crédula del votante, creerle a Fulvio Rossi
y su estandarte farandulero debe ser una de las cosas que me produce mas asco,
creerle a Girardi es pretender que sus facturas no son mas falsas que el
informe de contraloría que lo dejó pasar sin sanción por su estafa, pero claro,
- van a legalizarla – me dice el de la barra, -y claro – respondo, - el día de
la aceituna confitada, y en la tarde -.
Ahora, el tema de fondo ni
siquiera es la legalización, a mi entender, el gran problema de la marihuana no
es la discusión legal de si es o no dañina, o iluminativa o terapéutica o
espiritual, recordemos como un ejemplo nada más que los Caballeros Templarios,
por allá por el año 1.200, ya “consumían” ciertas hierbas que los lograban
conectar con Dios, (les recuerda algo eso), aquí lo que no se entiende es que
en la medida que no se despenalice a nivel moral lo legal no sirve de nada. Es
cierto que es probable que una cosa lleve a la otra, que en dos generaciones
mas tal vez ni siquiera sea un tema de conversación, es posible que tengamos
que “darle tiempo” a la discusión, pero de lejos, sin que nos salpique nada. Por
ahora, legalizar o no legalizar no va a disminuir las diferencias que hoy
existen en cuanto al marihuanero y el consumidor recurrente, en los
departamentos de El Bosque Norte los pacos no fiscalizan, ni lo harán jamás,
como en una villa miradita en menos por SENDA y sus estadísticas pasadas a
naftalina, el in-door no se ve mal como el macetero en el techo, la semilla
importada no llega por estos lados, por lo menos no para todos, capaz y se
cumplan los objetivos del gobierno respecto a fomentar el crecimiento a través
de las PYMES y tengamos nuevos emprendedores en el mercado de la
comercialización de hierba de semillas importadas en los sectores mas bajos. Y
sabes que? tampoco sería tan malo, que
legalizado o no, deje de llegar a las calles sin pavimentar tanta basura prensada.
por José Luis Torres Rojas desde El Señor de los Pitcher
Interesante, entretenido, pero igual que el perro que se da 20 vueltas antes de acostarse y queda donde mismo.
ResponderEliminarsi, fumo, desde ase mucho y en mucha cantidad, y como me gusta demasiado y no me gusta que me falte tambien la cultivo. con el tiempo e creido que tambien al cultivar lucho contra el narco tarfico y se lo que fumo. no soy alumbrado y vivo con miedo a que me pille la policia o me sapee algun vecino envidioso. a mi me gustaria que todo el que fuma ojala llegue a cultivar y asi nunca le falte.
ResponderEliminarbuena chelo todos queremos lo mismo la legalizacion pero por mientras hay que esperar ademas nunca falta donde consegir un joins
ResponderEliminarMe parece interesante algunos puntos que toca el autor (concuerdo de que llega a donde mismo). Sobre los puntos, me parece interesante esa distincion entre "evadirse" y "estimular la imaginacion". Pienso que ambas son distintas formas de enagenacion y que rellenan carencias ya que el pobre busca olvidarse de sus pellejerias huamanas, las cuales son evidentes para cualquier ojo: pobreza, soledad, impotencia, etc. Mientras que el rico sufre de carencias como la falta de carinio (padres ausentes), o el hecho de que una conversacion no sea deliciosa por naturaleza, es decir, que se necesite un potenciador para hacer de la conversa una mejor experiencia. Yo personalmente no consumo marihuana porque pienso que si no logro esos niveles de placer en la conversacion con otro no es porque me falta marihuana, sino que es por carencias mias que debo resolver, ejercitar, etc en un estado lucido.
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