Por Carlos Cardani Parra
La relación
existente entre literatura y metal, en cualquiera de los diversos géneros de
este, desde el Heavy (que paradójicamente es uno de los más livianos) al Death
Metal o al Grindcore (que están en el otro extremo de la crudeza) toman para sí
a la literatura como parte influyente en la composición de los imaginarios y
temáticas de las letras. Acá una serie de ejemplos para dar testimonio de esta
relación.
Como primera cosa,
aunque no esté en varios casos de forma explícita, las principales influencias
del imaginario metalero son Howard
Philips Lovecraft y Edgar Allan Poe
(incluso este último con una banda italiana, de tipo progresivo que lleva su
nombre). Escritores que dan para el mundo del metal, así para otros géneros del
arte, como el cine de terror y los
contenidos más lóbregos de la propia literatura, los primeros pasos en el época
moderna dentro del sendero más oscuro del propio ser humano, enfrentando los
miedos, el suspenso y lo macabro como forma de hacer arte. En una justificación
por el gusto por lo horrible, que puede
a llegar a ser tan bello como cualquier otro canon de belleza. O como empieza
el tema Brave New World (álbum basado
en el libro del mismo nombre) “Alas
rotas, cisnes moribundos / La
Belleza no es necesaria aquí”.
Para dar
cuenta de la vinculación entre literatura y metal, parto por aquellas bandas
más populares o que tienen una mayor fama. Bandas como Iron Maiden (la cuál tiene en la mayoría de sus discos referencias
claras a obras literarias) en el disco homónimo (1980), se le hace honor al
personaje de la novela de Gastón Leroux,
con The
Phantom of the Opera. En el siguiente álbum Killer’s (1981) se narra el clásico cuento de Edgar Allan Poe, Murders in
the Rue Morgue. Otra canción, que es más bien dicho una musicalización del
poema Rimes of the Ancient Mariner del inglés Samuel Taylor Coleridge hecho para el disco Powerslave (1984). Ozzy
Osbourne en su primer disco en solitario, el Blizzard
of Ozz (1980) está el tema Mr.
Crowley, en referencia al poeta y ensayista Aleister Crowley, aunque en este caso lo toma más por el lado del
ocultismo que este practicaba. En el disco Ride the Lightning
(1984) de Metallica El tema For Whom of the Bell Tolls, es en base a
la novela del mismo nombre de Ernest
Hemingway y también en ese mismo disco está el tema The Call of Ktulu, que es
referencia a una obra del mismo nombre de HP
Lovecraft.
Otra forma en que la literatura inunda de significaciones e imaginarios
al metal, son las denominadas novelas bélicas que constituyen un pilar clave
para géneros como el Thrash o el Death, que toman a la guerra como un
importante eje de su discurso. La mitología y el cristianismo es la base del
Black Metal, siendo principalmente la nórdica, ya que este género nace y se
desarrolla en Noruega y pasa a países como Dinamarca o Finlandia, donde el
metal, en todas sus variantes, es más popular que en cualquier parte del mundo.
También los mitos son el centro de lo que se conoce como Folk Metal, el cual
casi siempre va asociado a otro género como el Black o el Doom, y varía según
el lugar de origen y los mitos que ahí estén narrados. Tema aparte es de JRR Tolkien y la saga del Señor de los Anillos, que aquel mundo
inventado de la Tierra Media
es tomado como imaginario propio para el Power
Metal, liderados por bandas como Rhapsody
o Blind Guardian, donde podemos
apreciar el canto a dragones, grandes castillos o batallas épicas entre seres
de distintas especies y razas. Otra banda es El Cuervo de Poe, notable en su condición de trabajar totalmente en
castellano, ya que es que es muy difícil encontrar bandas metaleras cantando en
español. Esta banda como lo dice su nombre hace alusiones a la producción
literaria de Poe, lo importante de sus discos es que incluyen una línea
dramática donde el primer tema tiene que ver mucho con el siguiente, por lo
tanto se cuenta una historia, y en ambas bandas se nota no una vanidad al
momento de crear su música, sino conocimiento acabado de la literatura para usarla
como la base más importante al momento de crear su arte.
También la
literatura es tomada por el metal en la musicalización de textos. Así por
ejemplo los españoles Tierra Santa
toman La Canción
del Pirata del también español José
de Espronceda, como parte del disco Tierra
de Leyendas (2000) y los también españoles Barón Rojo con su tema Las Flores del Mal, o el caso de los
mejicanos de Anabantha en su demo de
2004, también hacen el trabajo de musicalizar a Pablo Neruda.
En lo que respecta
a metal chileno también toma fuerza la literatura dentro de la creación
musical. Así la novela histórica Adiós al
Séptimo de Línea de Jorge Inostroza
es el pilar fundamental para el disco conceptual 1879 Tales of War (1990) de Betrayed,
quienes más que tomar los textos históricos de la Guerra del Pacífico, toman
esta novela como punto para la creación (y que personalmente este disco es de
vital influencia para un libro llamado “raso”). Otra banda chilena es Massakre, quienes en su disco homónimo
de 1989 toman el libro Altazor de Vicente
Huidobro. También en otras bandas latino americanas pasa lo mismo, como la
boliviana Alkoholica La Cristo, haciendo alusión a la novela de Alcides
Arguedas, “Raza de Bronce”. O los argentinos de Almafuerte que toman por nombre
el seudónimo de su compatriota, el poeta Pedro Bonifacio Palacio.
El metal, como
uno de los géneros musicales con más variantes, es también uno de los géneros
que más toma a la literatura para su propia creación. Así esta relación que
aparentemente va en un sólo sentido, y no en uno recíproco (insisto en el
sentido aparente) da muestras de una influencia permanente y continua dentro de
los imaginarios y discursos en común, así como también en la apropiación de
textos en bases fundamentales de discos conceptuales completos, temas en base a
cuentos o musicalizaciones de poemas. Acá, un pequeño panorama que demuestra
esa estrecha y cercana relación entre la literatura y el metal.
las fotografías fueron tomadas y re tomadas en el bar El Señor de los Pitcher
el black metal igual tiene un montón del señor de los anillos
ResponderEliminarMuy encimero el análisis. Si bien las ideas bases del horror,el temor y lo macabro de Howard Phillip L. vertebran la casi totalidad del género y ramales del Metal,pienso que los distintos cultores no han realizado una lectura más sintética de este último,como tampoco de Poe,y sí han planteado líricas febles y casi exánimes que culminan trastabillando solo apuntaladas por la fuerza del envión sonoro característico del género. Si transitamos por los meandros líricos propuestos por bandas como Slayer o Cannibal Corpse,por ejemplo,nos encontraremos con "canciones" cuya factura no es muy difícil reconocer,pues son notorias las frases que no completan una oración y dejan en evidencia el tratamiento de "cadáver exquisito". Esto último está en amplia concordancia con la radicalidad del sonido y,sobre todo,con la fagocitación del bolo lírico que plantea en escena una banda cuyo vocalista usa su glotis como el motor insomne de la juguera que prepara los cócteles de miasmas en el mismísimo Pen club del Averno. El caso de Cannibal Corpse es del todo señero en este sentido,pues las letras resultan del todo "inconexas",redundando en historias epatantes que relatan actos de sexualidad criminal post mortem,donde hasta los fetos son regados con volcánicas deyecciones de semen furioso y sangre eyaculada por una cavidad uretral carcomida por el avance de lo putrefacto.En todo esto no hay problema,digo yo,salvo que la fórmula es directamente proporcional al bolsillo del pendejo universal engrupido,aunque en lo personal disfruto enormemente la mezcla de esta brutalidad sonora que en última instancia me resulta bastante política.A propos de ddesaparición de la lírica e incluso del vocalista,quiero citar-aunque me cargan las citas.(La única cita que quisiera realizar sería con la mina de la foto que instalan,para comerle y chuparle la concha hasta provocarle desmayo..Jejeee)-el caso de la banda holandesa llamada Madhouse,cuyos integrfantes,llegado un punto,convinieron en que su vocalista no lograba un nivel lo suficientemente alto de brutalidad vocal,de chacalismo en lo ingurgitante,es decir no aperraba.Entonces deciden echarlo y para suplir su ausencia al batero se le ocurre grabar y grabar los balbuceos de su quiltro enfurecido y tomarlo como material de frontman para luego llevarlo al estudio y rodearlo con una sonoridad tan bizarra como la que emitía el cánido.Lo cierto es que una vez editada la obra,no faltó quien alabara las dotes del nuevo vocalista.Ah,en todo caso,una banda pero de una exquisitez espeluznate,que lleva a cabo muy bien y de manera equilibrada ese discurso anglosajón,es Paradise Lost cuyo nombre es tomado de la misma obra del poeta inglés John Milton y logran, a través del Doom metal,sonorizar en perfecto equilibrio las trizaduras de la caída,de la ruina:doom.
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