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foto: Estudio MT


por Angela Barraza Risso

-Considerando que eres autodidacta y que no tuviste educación formal, respecto de la imitación, para llegar al éxito, cuál es tu percepción de lo que pasa con la educación en Chile.

Bueno, respecto de ese contexto puedo contar mi experiencia, que fue esta crianza del sistema: rendir la Prueba de Aptitud, estudiar una carrera, tener un título y ya eres bakán y tenís tu casa propia.
Pero yo viví de todo. Primero, quise ser futbolista. Me postulé a la Católica, pero no me tocaban la pelota y ahí como que no pasó ná y me fui. Después me lesioné la columna y, al lesionarme y saber que ya no me podría dedicar al futbol dije: ya, filo, me hago entrenador de futbol ya que en mi deporte amateur viví muy buenas experiencias grupales. Porque, aunque fuéramos amateur, ocurría esto de concentrarse; de ir a la casa de un amigo el día anterior, entonces realmente ganamos copas importantes a nivel interestadios, por darte un ejemplo y realmente la satisfacción era la raja. Entonces dije, mira, me gustaría ser entrenador de futbol para poder ser un motivador como lo es mi profe. Pero pasó lo típico de la sociedad y pensé voy a estudiar kinesiología mejor, porque es mejor visto ¿cachay? Entonces di la prueba de aptitud y me fue mal. Hice mi preuniversitario y me di cuenta, ahí, de lo que es estar en un colegio ultra bueno y en otro más o menos, hablando en términos académicos; al lado del, por ejemplo, Colegio Alemán, ¡Olvídate! Hasta el más porro tenía 680 puntos y a mí en los exámenes me costaba llegar a los 500. Y cuando iba al preuniversitario, todo era chino. Entonces después di la Prueba, quería entrar a estudiar kinesiología y saqué nada. 300 puntos en biología. Lloré. Realmente me desilusioné y entré a estudiar Educación Física. Que no quedé, ni siquiera en educación física para educación básica y media. Quedé en educación física con mención en educación básica. Entonces cuando me preguntaban ¿qué estudiay? yo decía Educación Física con mención en educación básica pero después voy a convalidar para dar la media y luego voy a convalidar para dar kinesiología  y ahí, mintiendo. Entonces comencé a estudiar todo esto y sentí que en la universidad no aprendí mucho y eso fue también muy frustrante porque estudié 3 años y medio para sentir que no aprendí nada. Y en esa época, comencé a hacer clases en un colegio y pensaba ¿qué voy a enseñar, si no sé nada? Por ejemplo, con los ramos de pedagogía, ahí tú cachay que hay mucho ramo que no sirve pa ná. O sea, sirve pero pa darte como esa cosa universitaria, como para socializar o hacer trabajos de grupo, entender que hay otras realidades, ahí te la creo. Pero en términos teórico-prácticos, estudiando esto te va a servir para esto otro, en realidad es bien difícil. Entonces me vi estudiando educación física, trabajando en un colegio tres veces a la semana y cuando iba para allá era realmente un suplicio y no podía creer que me iba a dedicar el resto de mi vida a “esto” y eso fue heavy. Ahí termina la parte “educación formal” de mi vida que era tirar por la borda todo esto de los títulos.
Entonces fui al programa “Cuánto Vale el Show” después de estar carreteando con unos amigos en Viña que me dijeron vamos y todos mis amigos me decían que fuera, que ahí había una gran oportunidad. Y fui realmente con patas y me evaluaron bien, que fue rarísimo, o sea yo lo encuentro rarísimo porque también eran otros tiempos y perfectamente pudieron haber tocado esa chicharra con la que te sacan. Y bueno, había visto recién “Man on the moon” de Jim Carrey en donde representa a Andy Kaufman y yo estaba medio frikeado con la película. Entonces fui a representar un papel onda Kaufman así bien raro y movía los ojos, muy freak; al punto de que cuando llegué a mi casa me preguntaron ¿qué te pasó? y es que pensé, bueno, si vamos a hacer el ridículo mejor hacerlo entero. Y ahí, yo me quería comprar un play station y al enfrentarme a esto y, como me fue bien, pensé, oye, esta weá está buena. Bien. ¿Y tienes ese programa wn? Afortunadamente lo tengo y no está en ninguna otra parte y ningún canal lo tiene tampoco. Ahí tuve ene suerte, la cagó. Y bueno –pensé- a lo mejor puedo funcionar aquí y ahí me fui formando autodidacta y fui sacando personajes de a poco, en tele.
Volví a estudiar educación física, luego me retiré; después me fui a estudiar comunicación escénica y ahora me pagaba yo la carrera (no me la pagaban mis papás) entonces como que te empiezas a formar; y a crecer y comienzas a pertenecer más al mundo de los adultos. Y te das cuenta de que hay más gente en la misma, trabajando, tratando de salir adelante y se va haciendo más entretenida la vida. Y esa fue mi experiencia en la educación.
Y cada vez que tengo la oportunidad digo: ¿Qué tanto?, ¿Qué tanto con entrar a una buena universidad y con tener un título? si al final andan todos, a los 40 años super depresivos y de repente ves a ingenieros civiles, a ingenieros comerciales o abogados, por ejemplo, con carreras super brillantes que a los 45 años andan todos sensibles y como que se cansaron de competir. Entonces yo creo que mientras antes eso esté claro, de pensar que esto, que la vida no es lo que te dijeron y que, más adelante, nada más vas a estar luchando por ser feliz o por vivir bien y tranquilo. 
Yo creo que de eso deberían enseñarnos más. Por ahí también podría haber un avance en la educación. De no poner tanto énfasis en la exigencia. De la competitividad que te inculcan, que es super satánica también. Claro, ahí rayo un poco yo.


-¿Y cómo llegaste a la conclusión de que el cine podía ser una vía exitosa para el desarrollo de tus personajes?

Fue sólo por explorar en realidad. Nunca pensando en la masividad, como ahora que lo tengo tan claro, que es a lo que llega el cine.
Nunca he ido buscando algo económico en las cosas que hago. Siento que eso llega solo, únicamente cuando uno hace lo que le gusta. Claro que no todos los casos son comparables, y mi mamá me diría “oye, no todo el mundo que se saca la cresta trabajando tiene la misma fortuna” pero sí creo en que eso uno no tiene que pensarlo, sino que debemos pensar en que uno está haciendo algo que es para la gente y que ojalá les guste. AL menos ese ha sido siempre mi pensamiento.


¿Y en algún momento tuviste alguna reacción adversa de la familia, onda ¿por qué estay haciendo está weá si estudiaste otra cosa?

No, afortunadamente siempre tuve apoyo. Claro que con la preocupación de que uno forjara bien su camino.
Obviamente si estaban mirando la tele pensaban, oye, este cabro a dónde irá a dar, quizás está pal tonteo, pero ¿sabís qué? la rigurosidad de mis papás me ayudó caleta, porque si esa exigencia y rigurosidad se la traspasas al arte, funciona bien. Porque el arte es independencia y la independencia a veces hace que uno caiga en la flojera o que seas poco específico en poder concretar cosas, entonces creo que la disciplina es muy buena amiga del arte, porque el arte por sí solo, con esa cosa shuper loca puede provocar el no realizar y caer en la desidia. Eso creo yo.

foto: Arturo LedeZma

Hay una frase que dice: “quise ser mi propio jefe y terminé siendo mi propio empleado” ¿qué tanto de cierto hay en esa premisa para Kramer, considerando que la producción de la película salió en menos de 6 meses; y sólo para maquillarte y caracterizarte demoras hasta 6 horas con algunos personajes?

Bueno, me estoy demandando a mí mismo en estos momentos (se ríe), porque imagínate yo trabajo, sólo cuando estoy caracterizándome, más de las horas legales. Parto a las cuatro y media maquillándome y termino trabajando en horas extras, entonces soy como un esclavo de mí mismo. Cosa que no le puedo exigir a todos, aunque parte de mi equipo igual está dispuesto a eso ya que en algún minuto son demasiadas las horas que hay que trabajar y te vay pa la casa después de las 10 de la noche y a las 11 sigues pensando en la weá.
Hay parte del equipo que tiene que cumplir con un horario porque salen de una película para irse a hacer otra y no porque uno le esté poniendo todo el amor, onda cabros, ayúdenme a sacar esto adelante tienen que hacerlo, aunque quieran, sino que tienen también más pega por delante y por eso uno tiene que ir matizando en cuanto a los tiempos. Porque de repente puedes pasarte en algunas horas, pero si al equipo lo vas matando, al otro día partes más tarde, el equipo anda de mal humor, entonces uno tiene que saber matizar la relación con el equipo de trabajo, porque se cansan.
De repente uno ve a un tipo cansao en la semana y te preguntay, chucha, cómo afirmo el buque. Y eso es lo bonito de las películas, porque uno tiene que ir timoneando el barco en todas las áreas y tienes que andar pediente de tu gente, y vas y conversas con ellos, y eso a mí me encanta. Yo converso con todos y tengo una relación muy buena con cada uno de ellos y eso hace que haya buena onda, que seamos todos iguales y que conversemos las cosas.
Y otra de las frases que me gusta es que si triunfa el grupo humano, generalmente se traspasa eso al proyecto que sea. Pero tú, sin tu equipo al lado, igual sigues pegao, trabajando ¿o no? O sea sí poh, siempre tengo el computador al lado y pensando en la película, repasándola entera, pensando en escenas, tratando de resolver cómo hacer ciertas tomas o ciertos diálogos y eso sucedió a lo largo de todo el proceso de la película y sobre todo en el montaje. Hay que saber llevar situaciones límite en las que uno no sabe cómo arreglar lo que falta. Yo creo que hacer una película es super difícil, además, con la inexperiencia que tenemos nos hemos lanzado nomás a hacer dos películas y con la convicción del ¡démosle!


Existe en Chile una tradición de humoristas, que vinculan su trabajo con lo político, que es bastante escueta en realidad. Un ejemplo de esto es Palta Meléndez, quien incluye dentro de sus rutinas, imitaciones a Salvador Allende o a Pinochet. ¿Cuáles son tus influencias para desarrollar las rutinas que realizas?

En la película hay una escena en la que le digo a Iván Fuentes: “Yo no cacho ná de política. Viniste donde la persona equivocada”. Cuando dan las noticias, yo veo los goles y cuando se habla de política, aprovecho de ir al baño. Soy desinformado e hice un gran esfuerzo todo este tiempo por estar viendo todo lo que sale en internet: entrevistas a políticos, que CNN, que Emol, Cooperativa, Tolerancia Cero, etc. y fue un gran esfuerzo para mí ver todas esas entrevistas y sentir que pasó un día en que no supe del mundo y es heavy darte cuenta de que: ¿Quién chucha puede llevar este ritmo? O sea, la cantidad de dimes y diretes son demasiados y están apareciendo a cada momento.


Y respecto de los referentes, ¿Te sentaste a ver otras rutinas, otros humoristas?

La verdad es que no. No soy un tipo de referentes. Y eso puede provocar que la gente piense que soy un weón ignorante porque no he visto tantas películas ni he leído tantos libros. Pero lo que yo hago tiene que ver, más que nada, con una observación del ser humano. Por eso, yo sé que es efervescente para la gente lo político, pero para mí esa gente, más allá de ser agentes políticos, son seres humanos y nadie puede alejarse de esa condición. Todos tienen luces, sombras, alegrías, van al baño, o sea, hay una parte humana que, a pesar de que seas quien seas y de que tengas la autoridad que tengas, tienes una condición de humanidad que es la esencia que yo busco para poder crear.

foto: Kramer producciones

Oye, y si era tan suplicio la weá de la política pa vos, por qué no elegiste centrar la trama en deportistas, o en actores, o en la farándula.

Bueno, porque esta película reflexiona en torno del tema de la solidaridad; de hacer algo por alguien. Normalmente uno está en su vida, en su pega, en su proyecto, en sus cosas y hay gente que está pidiendo ayuda y uno pasa por el lado y no pesca. Entonces la idea es que pensemos, chucha, ¿Soy solidario? Cuando ayudo ¿lo hago con gusto?, cuando me toca colaborar ¿me siento bien o no me siento bien? Y por ahí parte el mensaje que yo quise transmitir. Y bueno, la política está estrechamente vinculada con el servicio público, y todos tienen fundaciones, entonces cae de cajón. Para mí lo más importante es decir: oye, hay un mensaje social de un dirigente, que a mí me pareció que era el más noble de todos los que observé e investigué, que es Iván Fuentes, quien tiene en sus discursos una imparcialidad y en donde no encuentras ni una milésima de odio, entonces escucharlo era maravilloso: (Imita) “No tenemos nada en contra del capital, no le tenemos miedo a las lukas, pero respeten el entorno, acá no hay universidades y nuestros hijos se tienen que ir a estudiar a Santiago y dejan sólos a los papás y por eso los papás venden las tierras ¿A quién? Al extranjero, entonces vamos perdiendo nuestra autenticidad y nos vamos olvidando de… etc.” Entonces viéndolo dije: claro, tiene toda la razón y me pareció de que, ya que me estaban diciendo que ocupara mi tribuna para hacer algo bueno, chucha, indirectamente tengo que ocuparla para poder imitar a Iván Fuentes y transmitir así su discurso que es tan lindo para que la gente lo vea, para que tenga mucha audiencia. Para que la gente lo conozca. Y eso pa mí era la esencia y el alma de la película.

También en la última parte de la pelicula, en el speach final yo no siento que sea un discurso politico en si, sino mas bien alude a la relacion del ser humano y el poder, en donde se dice “el poder cambia a las personas. El poder es un encargo para servir a la gente, no servirte de la gente”. Eso lo escribió Francisco Estévez, que es el papá del co director y montajista Javier Estévez (gran amigo) y me gustó. Estábamos entrampados porque no queríamos cargarlo de egos ni de juicios morales. Y era un párrafo mucho más largo, pero cuando vi eso pensé en que me había gustado mucho la frase y la recogí y la dejamos.
Por eso, principalmente mi discurso no sé si es político.
No sé qué es político hoy en día y es que en realidad todo es político, todo lo que te influye en tu vida diaria cuando vas creciendo, cuando tienes una empresa, cuando pagas impuestos, hasta la forma en que te vistes, todo es política en realidad. Entonces cuando te das cuenta y te toca la puerta de tu vida uno tiene que hacerse cargo y decir ¡ya poh! Llegó el tiempo de reflexionar, y mi forma de responder a ese llamado es a traves de mi arte y mi trabajo que hablan por si solos.


Yendo más allá de las caracterizaciones y de las imitaciones que, sabemos de antemano que van a ser la raja, por la trayectoria que tienes; me gustaría enfocar esta pregunta en el trabajo de guion que hiciste. ¿Cómo entras en el entramado ideológico de tus personajes para darles veracidad, en vinculación con el rol que cada uno cumple en la película? ¿Qué características tomas, en qué te fijas para hacerlos hablar con elocuencia y para que resulten creíbles?

El personaje siempre es el que va mandando al guion.
O sea, uno quiere construir una historia pero te vas dando cuenta, a medida de que vas investigando, de que el personaje a veces no tiene nada que ver con la historia en la que lo quieres meter.
Si conoces un poco más del discurso del personaje, de cuáles son las cosas que defiende, de qué le gusta, qué quiere mantener o qué cambiaría, ahí comienzas a conocer su parte humana.
Cuando estudio los personajes y les doy el tiempo, que es el que creo que se le debe dedicar a todo, uno los puede analizar e investigar. Por ejemplo, yo parto por leer la vida entera y decir: ya, cuántos hermanos tiene, dónde estudió, dónde se fue, por qué se fue, cuándo volvió, qué le parece esto, qué opina del matrimonio y así logro comprender un poco más el quién es esta persona. Así, lo puedo asociar a un tío, a un primo o a un vecino.
Por ejemplo, en el caso de Carlos Larraín, lo empecé a estudiar y pensaba oye, ¡qué vocabulario que tiene este hombre! Y se puede deducir de que le gusta el campo; y ves que tiene tierras en Tierra del Fuego y que defiende ciertas cosas. Cachay de que es de una derecha, quizás distinta de la del Piñera; uno investiga por ahí que de repente no se llevan tan bien y que sale de La Moneda con portazo, que tiene un estilo diferente al de él, y entonces por ahí pasó, también, esta idea de que protagonizara un antagonismo, pero que es un antagonismo diferente del clásico malo sino que también es divertido. Porque si lo ves, es realmente divertido y nadie puede decir lo contrario. Tiene frases pal bronce y de repente es más personaje que el mismo personaje.
Y pa equilibrar la cosa pensé, bueno, quién podría acompañarlo en este antagonismo, pero que sea también del otro lado. Y dentro de esta investigación latera que hice, me di cuenta de que los que más defendían la gobernabilidad eran Escalona y Larraín. Porque veía a Escalona en la tele diciendo: “no sé si es tan buena la asamblea constituyente”. Entonces comienzas a ver que estas personas tienen un discurso común.
Una vez los vi a los dos entrevistados en “Protagonistas 13” y me pareció chistosísima porque funcionaban muy bien los dos en vivo, porque cuando Hablaba Larraín, y contaba sus chistes, me daba cuenta de las expresiones de Escalona y ¡Se estaba riendo! Le celebraba las tallas ¿cachay? Y ahí me dí cuenta de que ese material estaba la raja. Y después le tocaba hablar al otro y al final de la conversación, el periodista pregunta: “bueno y ahora, ustedes están más amigos que antes” y Escalona dice: “sin duda que ahora tenemos una relación más cercana, pero yo intento mantener siempre una relación cívica con Carlos y creo que es importante para el país de que nosotros podamos llegar a acuerdos, pero nunca nos juntamos en su casa, nunca nos hemos comido un asao” y el otro agarra papa y dice: (imita pa cagarse de risa) “Bueno, te invito pa mi casa pa que hagamos un asaíto pues” Y yo me meaba de la risa pensando ¡Acá están los antagonistas de la película! Entonces, así voy construyendo. Pa mí es super bueno verlos en escena, ver cómo se desenvuelven en distintos programas y darme cuenta de que, cada vez que Larraín va a un programa, igual el periodista termina cagao de la risa, porque es super divertido. Y por otro lado, uno ve que él tiene sus puntos de vista y que los dice. No es una persona que anda escondiendo lo que piensa y yo creo que eso igual es algo que se agradece porque, por último, uno sabe desde el lugar del que está hablando.
Por otra parte, está el personaje de MEO y yo pensaba en que a ese personaje me gustaría darle una onda más Tarantino, con una música cuática, y que entrara a escena con humo y diciendo “bájame el foco” como una cosa medio freaky. Por ejemplo, en la escena del auto, ese efecto de luz/sombra, la idea era tratar de construirle una imagen audiovisual a ese personaje y parece que funcionó, porque la gente ha dicho que el personaje que más les gustó fue MEO. Porque esa cosa de que el personaje habla rápido (cosa que no es casualidad) que vaya tirando ese discurso de que “abrió las puertas y de que hoy en día la gente le agradece, de destruir el duoplio ¿qué es el duopolio? La alianza entre la Alianza Por Chile y la Concertación, léete un libro, infórmate” (dialogo de la pelicula) todo eso se va haciendo entretenido.
Además de que siempre trato de pasar, a lo que hago, lo que me sucede hoy en día. Como eso mismo de “léete un libro, infórmate” porque ¿Y si no lo hago, qué? Y por ahí asa un poco mi rollo, que es una cuestión eterna en realidad. Porque si tengo la posibilidad de investigar mucho y de ver muchos videos; y si tengo 3 meses pa enfocarme en un puro personaje, chucha, puede que haga un personaje increíble; y uno puede lograr así cosas lindas. Pero si tengo que, en el mismo tiempo, investigar a ocho personajes, se hace más complicada la cosa.

foto: Kramer producciones

Oye, y apelando justamente a esta weá que me contay, de la profundización de personajes y que pueden extenderse ad infinitum, vos ¿Eres de cerrar procesos o te queday pegao?

Yo los cierro. La verdad es que trato de avanzar. En algunos personajes, obvio que te queday pegao porque a la gente le gustan y uno tiene que seguir haciéndolos.
Pero por ejemplo, yo nunca vi lo que hice en el Festival de viña. Stefan v/s Kramer, nunca la vi. Esta, yo creo que nunca más la voy a ver. Ya fue. O la veo después de mucho tiempo.  Yo no soy un weón que se quede en los reconocimientos, ni en que hay que ir a buscar un premio y eso es lo que intento. Solo intento trabajar. Fue no más. En mi casa no se ven las cosas que uno hace… Esa weá te iba a preguntar, ¿qué te pasa cuando te ves en la tele?, ¿te gusta o te carga? Nooooo, no me gusta. Como que ahora me veo hablando así y pienso “¡No! Qué te pasa” porque pa mí, uno siempre está hablando con propiedad. Ahora me siento relajado y quizás este soy yo, pero no me gusta verme tan así porque, qué tanto puedo dar yo mi opinión o qué tanto le importa a la gente, realmente lo que pienso. Yo hago mi pega. Mi compromiso está en entregar esto y que la gente lo vea, pero nada más. A mí no me gusta verme, cuando lo hago me crítico mucho, tengo que dejar que pase mucho tiempo para poder ver con un poco más de  objetividad mi trabajo. Mis rutinas las veo luego de un año, por ejemplo lo que hice de Don Francisco, pa la Teletón, sé que mágicamente lo que viví ahí fue precioso, pero no la quise ver  inmediatamente porque siento que está todo muy fresco. El otro día la vi y creo que pude ver el fondo de lo que quise hacer en ese momento.
De repente olvidarse de todo está bueno. A veces mis hijos me dicen, mira papá, ahí están tus fans, y ahí yo les digo que no, que eso en verdad no es, que no existe, porque el que se engrupe con la fama, pa mi está loco en realidad.
O sea, al principio, cuando recién te reconocen algo, igual algo pasa y es rico. Y también está lo típico que sucede con las familias, onda ¿me viste que salí en el diario? O el clásico mira, que hoy salgo en la tele, que también es entretenido. Que también pasa un poco por demostrar así, que la opción de uno, que fue diferente, salió bien. Y claro, la familia se pone feliz cuando todo es nuevo. Pero te digo eso, la fama es bien rara en realidad.
Y es que todo recae en el ser humano al final y es, justamente de eso, de lo que dejamos de hablar. El ser humano siempre llega a su casa y va a sentir algo porque hay un compañero de trabajo que está mejor que él. ¿Qué pasa con la envidia de esa persona?, por qué me está pasando esto de que no quiero que a tal persona le vaya bien ¿cachay? Son mil cosas con las que el ser humano tiene que convivir y ese es mi tema y lo que a mí me importa. Yo no hago diferencias entre lo que es alguna autoridad, un funcionario público, un empresario o mi papá.


Entendiendo la ficción que hay detrás de la trama de la película, de todas formas tú decides basar tus personajes en personas que están vinculadas al sector político y esto puede llamar la atención ya que el lanzamiento de la película se realiza en periodo pre-eleccionario y, a pesar de que ambas candidatas aparecen someramente en la película, si podemos ver en ella a personajes vinculados a los sectores ideológicos que ellas representan. ¿Cómo se lleva la responsabilidad de hacer humor con la carga mediática que tienes, con la tribuna a la que llegas y sin herir realmente las susceptibilidades? Porque, pienso, en que si representas a gente que, sabemos que tiene poder y que si sufrieran una mella real en lo que haces, quizás reaccionarían de alguna forma para que no saliera nada ¿o no?

Yo pienso en que, como está la tribuna, está la posibilidad de irse al chancho o de ser: primero, divertido; luego saber cómo entrar en esencia para que no pierda elegancia, para que la gente lo valore y diga: Chucha, haber hecho esa pregunta de 3 minutos, de Paulsen, igual algo tiene a pesar de que no ocupo ningún garabato y de que no emito ningún juicio que lo evalúe como persona, sí algo hay. Y que no es algo explícito y que puede ser interpretado de diversas formas.
Por ejemplo, lo que te decía de Larraín y de Escalona, que son los más cercanos al centro y los que quieren que las cosas no cambien y eso está. Ahora, ponerme yo a hablar weás, creo que no corresponde, pero yo hago lo que observo y eso lo pongo en esta película y creo que ha sido justo para los dos lados. Y que quizás se me criticaba eso de que ocupaba siempre de malos a los de derecha y no a los de izquierda y eso era una crítica que yo pude percibir. Creo que eso está como bien resuelto y equilibrado en cuanto a esta figura de Alianza-Concertación. Esto que de repente se acercan independientes y les hacen la vida imposible para que no salgan a flote y no surjan. Eso pasa un poco en cuanto a lo que uno puede graficar. Bueno, yo creo que ya dijiste el concepto clave, que es la elegancia, como principal elemento a destacar de tu película, que no cae en la denuncia evidente ni burda, sino que la forma de tratar a los personajes es muy sugerente para que exista una co-creación y una libre interpretación de los espectadores. Que buena, porque siento que es justamente eso lo que quise hacer, porque más allá, si hiciera más cosas, pienso que pasaría a ser pretencioso. Si yo me pusiera a hablar: “Sabes, yo creo esto y creo que pasa por esto otro” ¡Pamplinas, wn! (a lo larrain) Yo mismo me he visto y me he escuchado tratando de dar opiniones certeras o más elevadas y yo mismo me digo ¡callate weón, pa qué estay escarbando en weás que no manejay! Yo lo que observo lo trato de plasmar y eso es lo que hago, no hay más. No tengo otro secreto. Y trabajo día y noche para lograr ese objetivo. Me aprendo los discursos de los personajes, busco lo que más dicen, para extraerlo y ponerlo en la pantalla.
Yo observo y trato de rescatar la esencia del personaje y de tirarlo. Igual es super heavy lo que estamos hablando, porque aparte de esta crítica que tú mencionas ¿cierto? De que se te acusa de la satanización de los sujetos de derecha, que siempre hacen el rol de malo en tus interpretaciones; para mí, que vengo de un sector social muy vinculado a la izquierda, me queda el haber escuchado como principal crítica hacia tu trabajo, que humanizas a los protagonistas de la derecha y que a través de eso, los acercas a la gente, les das tribuna y, por qué no decirlo, también publicidad ¿me chachay? Y claro, y eso es otro nivel de interpretación; porque pa esta gente está el “oye, equipara el cuento” Y me pasa eso. Por otra parte siento que a veces se dice onda “Kramer lleva nuestra bandera” y la verdad es que no es así. Lo siento, pero no llevo ninguna bandera, porque en realidad yo hago esto para hacer humor, para que vean cómo he ido progresando como imitador, cómo puedo poner los personajes en diferentes situaciones, cómo logro ficcionar en base a este medio que es más duro.
Y esa fantasía igual es bakán. Por ejemplo el MEO que yo ficciono en esta historia, es el MEO del 2009 (imita y yo logro sorprenderme de la ductilidad de Stefan) “yo sigo siendo joven, soy director de cine, de teatro, te hago todo lo que tú queray, te hago hasta pan amasao” ¿cachay? Y yo rescato un poco más lo que es ese personaje, porque el MEO de ahora también ha ido creciendo y responde a un sistema en el que está inserto. Y el MEO del 2009 me parece mucho más atractivo y más interesante para crear.



Partiendo de la premisa de que esta película es familiar y de que pueden ir los niños a verla; y de que podemos apreciar en ella un proceso cívico. ¿Cómo crees tú que los niños pueden llegar a percibir la fiesta de la democracia, que estuvo 17 años ausente de la historia de Chile.


Pucha, sinceramente, cuando uno propone las películas, hay mucha gente que al escucharlas, le dan temor ciertas cosas. Entonces era un constante “pucha, pero este texto está fome” o “cuidado con eso” y yo pensaba, oye, pero este texto está muy bueno, o sea, el Negro Piñera está diciendo cuánto gana un senador y es la raja; pero te topay con gente que dice: si, pero no es tan divertido. Hay gente que me decía: oye, pero por qué Iván Fuentes, en vez de él podría ser otro. Como la Roxana Miranda, por ejemplo, que tiene un speach similar. Bueno, pero son mis apuestas y cuando veo la peli hoy día pienso, chucha, pero por qué no hice más de esto, si a mí me encanta verlo. Me provoca una gran satisfacción ver al negro diciendo esos datos, por ejemplo. Creo que debió haber habido más de eso y es que en el momento uno no lo ve porque estás en el guión y luego en la producción, pero cuando lo veo digo “¡puta, que wena!” Creo que faltó más de eso. Eso a mí me gustó harto y principalmente, yo siempre he dicho, oye, no es fácil hacer una película. Estamos en la segunda, y hay una historia coral en donde hay 4 historias que al final costó N hacer que se juntaran y concluyeran de buena manera. O sea, estay 50 minutos dale que suena con las risas y al final metemos este mensaje social, este caer que se necesita y hay mucha gente que dice: “puta, yo quería seguir riéndome” y bueno, esto es lo que yo hice. Y cuando viene esa caída, a mí me gustaría que ese papá con su hijo, además de reírse juntos, que tuvieran esa instancia de hablar sobre lo interesante que es escuchar al otro. Y es bakán ver que tu trabajo pueda aportar a eso, más allá de hacer un mero trabajo sin ninguna consecuencia posterior. No sé si es esto lo cívico a lo que tú te refieres. Bueno, yo me refiero un poco al tema de cómo los niños pueden percibir el hecho de que en la peli se plantean estrategias políticas para lograr la aceptación y el cariño de la gente, como la “ayudita” que te presta MEO para que te puedas conmover, en la trama. A la forma en que queda de manifiesto la maquinación que hay detrás de las campañas, etc. Y bueno, es lo que yo he podido observar. De que hay una ficción en esto de los abrazos, en esto de la cercanía con la gente y de estos sucesos que ocurren de repente que hacen que los personajes lleguen a tener un nivel de protagonismo muy grande y ya los conocemos.
O sea, un accidente, un derrumbe, una catástrofe, hacen que ciertos elementos políticos tengan una visibilidad en donde la gente pierde un poco la objetividad de sus planteamientos reales y de fondo; y pasan a obnubilarse por este proceso distinto, que es de fama en donde la gente dice tal tipo me cayó bien y que bueno que salga ¿me entiendes? Entonces en la película, a Kramer le pasa esto de que no tiene la simpatía del público pero que a través de un suceso que ocurre con don Francisco, Kramer agarra una popularidad que es desmedida.
Y de repente uno le agradecería a ambos sectores de la política, que se alejaran un poco del show de las emociones y que fueran más transparentes en torno a los planteamientos. Y eso se ve reflejado también en la película, en el sentido de que los personajes se terminan olvidando de las personas y preocupados de quién queda mejor posicionado como coalición. De quién agarra la pelota y siempre lo mismo. Y de forma personal, eso me cansa un poco. Yo creo que ahora me voy a ir más pal lado del deporte, aprovechando que viene todo el tema del mundial y de que va a estar efervescente todo esto del futbol, además de que me encanta y cacho caleta.

foto: Kramer producciones

Oye Stefan, pensando en que vos estay pa entretener, cuéntame, ¿con qué se entretiene Kramer?

Mira, vi la pareja de Idiotas una vez. Andaba con un primo y este weón no paró de reírse en toda la película y eso fue toda una experiencia porque me contagió heavy y por eso una vez la catalogué como la mejor película de humor que yo haya visto. A mí me gustan las películas. Siempre que veo algo, ando buscando comedia y buscando reírme. Aunque viendo dramas, igual uno puede cagarse de la risa ya que hay personajes secundarios que la llevan desde el humor y me encanta esa dinámica que se da entre la tristeza y la risa. Y ahí, siempre viendo películas de Adam Sandler o de Jim Carrey, siempre mirando a la gente que hace humor y ¿sabís? Igual me pasa que me da risa con amigos, cuando les pasan weás como que les roban un auto o que son como quemás en realidad. Y me dan risa cosas que a la gente generalmente no les da risa. O sea, ver al ser humano en situación de conflicto igual lo encuentro chistoso a veces y por eso parte así la película, con el cuestionamiento de qué es realmente lo que te conmueve.
Y por otra parte, las consolas. He tenido todas las consolas y lo paso la raja. De hecho apenas salió el Play Station 4 me lo compré inmediatamente y yo era fanático del PES y ahora el FIFA se ha acaparado con todo porque tiene las licencias de todos los equipos, así que me estoy adaptando ahora al FIFA, que es más real. El otro era más Arcade y esa es mi entretención. Por ejemplo, acá en la productora hacemos un torneo una vez al mes y nos juntamos acá pasándolo la raja como pendejos y les pedimos permiso a nuestras señoras y llegamos a la casa a la hora del peo y uno llega frustrao pa la cagá porque perdió y yo creo que esa weá es fundamental. El hecho de nunca dejar de ser niño, ni pa la pega. Yo creo que, sobre todo este trabajo tiene que mantener ese espíritu, que a mí me divierte mucho.



Estefan Kramer + Angela Barraza Risso


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Escrito por: Lecturas Ciudadanas

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